Oficios : Laudes y vísperas

OFICIOS de LAUDES

y de VISPERAS

Vicariato Jean de Saint-Denis de la Iglesia Católica Ortodoxa de Francia
en Buenos Aires

Los Salmos que se mencionan son los de los Laudes del día domingo.

Sólo están encendidas las lámparas del altar, sin ningún celebrante en él.

OBERTURA

Presbítero: + Oh Dios, ven en mi ayuda.

Todos: Señor, apresúrate a socorrerme.

Presbítero: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

Todos: como era en el principio, ahora y siempre,

y en los siglos de los siglos. Amén.

SALMOS BIBLICOS

Primer Salmo: SALMO 100 (Entrar en la presencia del Señor)

Se canta la Antífona, según el Propio (que responde a la festividad del día).

Si es posible, hombres y mujeres se alternan en el canto de los versículos.

Aclamad al Señor, toda la tierra, * adorad al Señor con júbilo,

/ venid ante su Rostro con cantos de alegría.

Sabed que el Señor sólo es Dios, * El nos hizo y nosotros suyos,

/ su pueblo y las ovejas de su rebaño.

Venid a sus puertas con acciones de gracias, * a sus atrios con alabanza,

/ dadle gracias, bendecid su Nombre.

Porque el Señor es bueno, * su Gracia es para siempre,

/ y su Verdad de generación en generación.

Todos se levantan y se inclinan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la Antífona del Primer Salmo.

Luego se canta la Antífona del Segundo Salmo, según el Propio.

Segundo Salmo: SALMO 63 (Camino de purificación y unión a Dios)

¡Oh Dios, Dios mío eres Tú!, * desde la aurora Te busco, / mi alma tiene sed de Ti.

Mi carne suspira por Ti / en tierra desierta sin agua.

Así Te contemplo en el santuario, / para ver tu Potencia y tu Gloria.

Tu Gracia es mejor que la vida, / mis labios Te celebran.

Así Te bendigo en mi vida, / alzo mis manos en tu Nombre.

Mi alma se sacia de Ti como de grasa y meollo,

/ mis labios Te cantan con alegría y mi boca Te alaba.

Sobre mi lecho me acuerdo de Ti, / medito en Ti en las vigilias de la noche.

Tú eres mi socorro, / a la sombra de Tus alas canto de alegría.

Mi alma se adhiere a Ti, / Tu diestra me sostiene.

Los que buscan mi alma para destruirla / irán a los abismos de la tierra.

Hacen correr su sangre con el filo de la espada, / son presa de los chacales.

El rey se regocija en Dios, * el que jura por El es alabado,

/ pues cerrada está la boca de los que dicen mentiras.

Todos se levantan y se inclinan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la antífona del Segundo Salmo.

SALMO ECLESIASTICO

Un cantor del coro entona la Antífona, según el Propio.

Dos cantores (preferentemente un hombre y una mujer)

recitan el Salmo –según el Propio—

alternándose versículo por versículo.

Al finalizar el Salmo, todos retoman la Antífona.

CANTICO

Los versículos son cantados preferentemente por un hombre y una mujer.

Cuando constan de dos aclamaciones,

a cada una de ellas se responde: Bendecid al Señor.

Todas las mujeres responden a la primera aclamación de la mujer, y los hombres a la primera aclamación del hombre. Todos juntos, hombres y mujeres, responden a la segunda aclamación, tanto de la mujer como del hombre. El Cántico de las Criaturas se entona los domingos, en tanto que en los demás días se cantan el Cántico de Moisés, el dado por Dios a Moisés, el Cántico de Ana, el de Habaquq, el de Isaías y el de Jonás.

CANTICO DE LAS CRIATURAS (Daniel 3, 57-90)

Mujer: Obras todas del Señor, Mujeres: bendecid al Señor,

Todos: alabadlo y exaltadlo por los siglos.

Hombre: Angeles del Señor, Hombres: bendecid al Señor,

cielos, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Aguas que estáis sobre los cielos, Mujeres: bendecid al Señor,

todas las potencias del Señor, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Sol y luna, Hombres: bendecid al Señor,

estrellas del cielo, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Lluvias y rocío, Mujeres: bendecid al Señor,

vientos de Dios, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Fuego y ardor, Hombres: bendecid al Señor,

frío y calor, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Rocíos y heladas, Mujeres: bendecid al Señor,

témpanos y escarchas, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Hielos y nieves, Hombres: bendecid al Señor,

noches y días, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Luz y tiniebla, Mujeres: bendecid al Señor,

relámpagos y nubes, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Que bendiga la tierra al Señor, Todos: que Lo alabe y Lo exalte

por los siglos.

Mujer: Montañas y colinas, Mujeres: bendecid al Señor,

brotes de la tierra, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Fuentes, Hombres: bendecid al Señor,

mares y ríos, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Monstruos y todo lo que

se mueve en las aguas, Mujeres: bendecid al Señor,

pájaros del cielo, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Bestias y ganado, Hombres: bendecid al Señor,

hijos de los hombres, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Que bendiga Israel al Señor, Todos: que Lo alabe y Lo exalte

por los siglos.

Hombre: Sacerdotes del Señor, Hombres: bendecid al Señor,

servidores del Señor, Todos: bendecid al Señor.

Mujer: Espíritus y almas de los justos, Mujeres: bendecid al Señor,

santos y humildes de corazón, Todos: bendecid al Señor.

Hombre: Ananías, Azarías y Misael, Hombres: bendecid al Señor,

Todos: alabadlo y exaltadlo por los siglos.

Bendigamos al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

alabémolos y exaltémolos por los siglos.

Bendito eres, Señor, en el firmamento de los cielos,

alabado, glorificado y exaltado por los siglos.

MISSA

Un cantor se ubica a la entrada de la iglesia, mirando al altar,

y –salvo indicación del Propio– canta la Missa siguiente:

Es el Espíritu Santo quien reina, quien ilumina, / quien exalta la criatura,

El es Dios consubstancial con el Padre / y con el Verbo.

SALMOS LAUDICOS

Los tres Salmos Láudicos están unidos, y se los canta sin solución

de continuidad. Sólo se agrega una doxología al final del tercero.

Si es posible, hombres y mujeres se alternan en el canto de los versículos.

La Antífona se suprime en Cuaresma, y –salvo indicación del Propio– es:

ANTIFONA

Alleluia, alleluia, alleluia.

SALMO 148 (Alabanza de la Creación)

Alabad al Señor desde los cielos, / alabadlo en las alturas.

Alabadlo, todos sus ángeles, / alabadlo, todas sus potencias.

Alabadlo, sol y luna, / alabadlo, lucientes estrellas.

Alabadlo, cielos de los cielos, / y las aguas más altas que los cielos.

Alaben ellos el Nombre del Señor, / El mandó y fueron creados.

Los mantiene para siempre, y en los siglos de los siglos, / decreto dado, jamás violado.

Alabad al Señor desde la tierra, / monstruos marinos y todos los abismos.

Fuego y granizo, nieve y vapor, / viento impetuoso que cumple su Palabra.

Las montañas y todas las colinas, / árboles frutales y todos los cedros.

Bestias y todo el ganado, / serpientes y pájaro alado.

Reyes de la tierra y todos los pueblos, / príncipes y todos los jueces de la tierra.

Jóvenes y doncellas, / los viejos con los niños.

Alaben el Nombre del Señor, / porque su Nombre sólo es ensalzado,

* su Gloria está sobre la tierra y el cielo.

El ensalzó la fuerza de su pueblo, / a El el canto de sus amantes,

* de Israel, su pueblo cercano.

SALMO 149 (Alabanza del Pueblo de Dios)

Cantad al Señor un canto nuevo, / su alabanza en la asamblea de sus amantes.

Que Israel se regocije en su Creador, / que los hijos de Sión exulten en su Rey.

Que alaben su Nombre con danzas, / que Le canten con pandero y arpa.

Porque el Señor se complace en su pueblo, / engrandece a los mansos con la salvación.

Sus amantes se alegran con gloria, / y cantan sobre sus lechos,

la exaltación de Dios en su boca, / en su mano la espada de dos filos,

para ejercer la redención entre los pueblos / y el juicio entre las naciones,

para aprisionar a sus reyes con cadenas / y a sus notables con cepos de hierro,

para realizar en ellos el juicio escrito. / Esa es la gloria de todos sus amantes.

SALMO 150 (Alabanza universal y eterna)

Alabad a Dios en su santuario, / alabadlo en el firmamento de su poder.

Alabadlo por sus hechos poderosos, / alabadlo según su inmensa grandeza.

Alabadlo al son de la trompeta, / alabadlo con cítara y con lira.

Alabadlo con pandero y danza, / alabadlo con cuerdas y con flautas.

Alabadlo con címbalos resonantes, * alabadlo con címbalos de júbilo,

/ ¡Todo lo que respira alaba al Señor!

Todos se levantan y se inclinan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la Antífona.

CANTO A LA VIRGEN

Salvo indicación del Propio, el coro canta:

¡Bendita eres, oh Madre de Dios y Virgen! El que en ti se encarnó captura el Infierno,

despierta a Adán, destruye la maldición, redime a Eva,

mata a la Muerte y da la Vida a nuestra raza.

Por eso cantamos y clamamos: ¡Es la obra del Cristo Dios! ¡Bendito sea! Alleluia.

RESPONSORIO BREVE

Salvo en Cuaresma –en que se omiten los Alleluia–,

o lo que indique el Propio:

Versículo: Tu Resurrección, oh Cristo, alleluia,

Todos: alegra los cielos y la tierra, alleluia, alleluia.

CAPITULO

Salvo indicación del Propio, se canta:

Versículo: El Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no muere.

La muerte ya no tiene dominio sobre El, pues Su muerte

fue una muerte al pecado de una vez por todas,

y Su vida una vida para Dios.

Todos: Demos gracias a Dios.

RESPONSORIO LARGO

Salvo indicación del Propio, se canta:

Versículo: El Señor reina, la majestad lo viste.

El Señor se ha revestido de pujanza, y la fuerza lo ciñe.

Todos: El Señor reina, la majestad lo viste.

El Señor se ha revestido de pujanza, y la fuerza lo ciñe.

Versículo: Tu Casa está llena de santidad, Señor, a lo largo de los días.

Todos: El Señor reina, la majestad lo viste.

El Señor se ha revestido de pujanza, y la fuerza lo ciñe.

Versículo: El Señor reina, la majestad lo viste. El Señor se ha revestido de pujanza, . . .

Todos: . . . y la fuerza lo ciñe.

HIMNO

Durante los Tiempos de Adviento, Navidad y Cuaresma este Himno

es reemplazado por los que aparecen seguidamente.

Mujeres: La luz de la aurora estalla, su alabanza el cielo entona,

de alegría el mundo exulta, gime el infierno vencido.

Hombres: A esta hora el Rey de Gloria vence el poder de la muerte,

aplastando a los demonios, liberando a los cautivos.

Todos: Guardado por los soldados, prisionero de la piedra,

sale en majestad triunfal, victorioso del sepulcro.

Mujeres: Ya cesaron los gemidos y los llantos del Infierno,

el Señor resucitó, anuncia el Angel de Luz.

Hombres: En el gozo de este día, oh Creador del Universo,

defiende a Tu pueblo amado del asalto de la muerte.

Todos: Gloria a Ti, oh JesuCristo, que surgiste de la muerte,

gloria al Padre y al Espíritu, en los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO DE ADVIENTO

Mujeres: Oh, Salvación siempre nueva, eterna vida del mundo,

Luz incesante y gloriosa, Redención realmente nuestra.

Hombres: Sin abandonar los cielos vienes hacia nuestro abismo,

asumes la humanidad y llevas el gozo al mundo.

Todos: Purifica nuestras almas y nuestros cuerpos, oh Cristo,

transfórmalos para Ti en moradas luminosas.

Mujeres: Tu primer Advenimiento a todos nos justifica,

que el segundo nos libere en la gran luz de Tu juicio.

Hombres: Y adornados y vestidos con la ropa incorruptible,

Te sigamos, oh Cordero, adonde quiera que vayas.

Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús, que naciste de una Virgen,

Gloria al Padre y al Espíritu, en los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO DE NAVIDAD

Mujeres: Ven, Redentor de Naciones, por el parto de una Virgen

que el mundo se maraville del Nacimiento de Dios.

Hombres: No por simiente viril, sino por el soplo místico,

el Verbo Dios se hace carne y en un vientre floreció.

Todos: El seno virginal crece con su cerradura intacta,

la Potencia resplandece, pues Dios habita en su Templo.

Mujeres: De su cámara nupcial sale el Rey, el Salvador,

con sus Dos Naturalezas corre alegre a nuestro encuentro.

Hombres: Resplandece Tu pesebre, de la noche una luz nace

que ninguna sombra apaga: es la antorcha de la fe.

Todos: a Ti, Señor Jesús, que naciste de una Virgen,

Gloria al Padre y al Espíritu, en los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO DE CUARESMA

Mujeres: Al principio de los tiempos, por diez palabras Dios crea.

En los días de la Alianza, por diez palabras Dios manda.

Hombres: Cumplieron Moisés y Elías las diez palabras sagradas,

cuatro veces cada una durante cuarenta días.

Mujeres: Este ayuno saludable nutre el cuerpo, colma el alma,

ilumina el corazón, llena de Dios el espíritu.

Hombres: Entremos en el misterio, con el Cristo en el desierto,

ayunemos con fe y gozo, vencedores del demonio.

Todos: Oh Trinidad venturosa, por el Señor invencible,

danos el fruto durable del ayuno cuaresmal. Amén.

GRAN DOXOLOGIA

Diácono: Gloria a Ti, que nos mostraste la Luz.

Luego, y salvo indicación del Propio, se canta el Gloria (los domingos,

salvo en Adviento y en Cuaresma) o el Benedictus (en Cuaresma,

o en días de semana), siempre alternándose hombres y mujeres.

Durante el canto, el presbítero (o el diácono) inciensa el templo, y luego

a los fieles. Se encienden las luces del templo y los cirios del altar.

GLORIA

Versículo: Gloria a Dios en las alturas,

En la tierra, paz; a los hombres, buena voluntad *** Te alabamos *** Te bendecimos

*** Te adoramos *** Te glorificamos *** Te damos gracias por Tu inmensa Gloria

*** Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Omnipotente *** Señor, Hijo Unigénito, JesuCristo Altísimo *** Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre *** Tú que quitas

el pecado del mundo, ten piedad de nosotros *** Tú que quitas el pecado del mundo, escucha nuestra súplica *** Tú que estás sentado a la diestra del Padre, ten piedad

de nosotros *** Porque sólo Tú eres Santo *** Tú sólo Señor *** Tú sólo Altísimo

Todos:

JesuCristo, con el Espíritu Santo, en la Gloria de Dios Padre. Amén.

BENEDICTUS (Canto de Zacarías)

Bendito es el Señor, Dios de Israel, / porque visita y rescata a su pueblo,

levantándonos un cuerno de salvación / en la casa de David, su hijo.

Lo había anunciado desde antiguo / por boca de los santos, sus profetas,

que nos salvaría de nuestros enemigos, / de la mano de todos los que nos odian.

Hace misericordia con nuestros padres / y se acuerda de su Alianza santa,

del juramento que hizo / a Abraham, nuestro padre:

concedernos que, sin temor, / arrancados de la mano de nuestros enemigos,

le sirvamos en santidad y justicia, / en su presencia, todos nuestros días.

Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, * pues precederás

al Señor ante su faz / y prepararás sus caminos,

para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación / con la remisión de sus pecados.

Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios / nos visitará el Sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que yacen * en las tinieblas y las sombras de la muerte,

/ para guiar nuestros pies por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

En caso que la Divina Liturgia se celebre inmediatamente después

el Oficio de Laudes termina aquí. De no ser así, continúa.

TRISAGIO

Desde el centro de la iglesia, y mirando al Santuario,

el diácono –o el cantor– dialoga con la asamblea,

que canta la segunda estrofa de cada versículo.

El Trisagio (“Tres veces Santo”) se canta en griego,

en latín y en castellano.

Agios o Theos +, / Agios Ischiros,

Agios Athanatos, / eleison imas.

Sanctus Deus +, / Sanctus Fortis,

Sanctus Immortalis, / miserere nobis.

Santo Dios +, / Santo Fuerte,

Santo Inmortal, / ten piedad de nosotros.

KYRIE

En oportunidades, el canto del Kyrie es reemplazado

por las Letanías (las mismas del Oficio de Vísperas).

Versículo: Kyrie eleison,

Todos: Christe eleison, / Kyrie eleison.

PADRE NUESTRO

El presbítero lo canta íntegramente hasta:

Presbítero: . . . y no nos dejes entrar en la tentación, . . .

Todos: . . . más líbranos + del Maligno. Amén.

Si el presbítero no se encuentra presente, el celebrante (clérigo o laico) canta sólo: “Padre Nuestro de los cielos…”,

luego continúa su plegaria en voz baja hasta que, elevando la voz, entona:

Versículo: . . . y no nos dejes entrar en la tentación, . . .

Todos: . . . más líbranos + del Maligno. Amén.

PLEGARIA DE SAN EFREN (sólo en Tiempo de Cuaresma)

Presbítero: Señor y Dueño de mi vida, el espíritu de ocio,

de desaliento, de dominación y de palabra fácil, . . .

Todos: . . . aleja de mí.

Presbítero: El espíritu de pureza, de humildad, de paciencia y de caridad, . . .

Todos: . . . dalo a tu servidor.

Presbítero: Si, Señor y Rey, dame el don de ver mis faltas y no juzgar a mi hermano, . . .

Todos: . . . pues eres bendito en los siglos de los siglos. Amén.

PLEGARIA

Presbítero: Señor, visita esta casa y aleja todas las acechanzas

del enemigo. Que Tus santos ángeles habiten en ella

y nos guarden en paz, y que Tu bendición sea siempre

sobre nosotros, por Nuestro Señor JesuCristo, que vive

y reina contigo y el Espíritu Santo, en los siglos de los siglos.

Todos: Amén.

CLAUSURA

Presbítero: El Señor siempre con vosotros,

Todos: y con tu espíritu.

En caso que no esté presente el Presbítero:

Versículo: Señor, escucha mi oración,

Todos: y llegue a Ti mi clamor.

En ambos casos se continúa así:

Versículo: Bendigamos al Señor.

Todos: Demos gracias a Dios.

Versículo: Que las almas de los fieles difuntos,

por la misericordia de Dios, descansen en paz.

Todos: Amén.

Sólo en domingos, se termina de esta manera:

Versículo: Que el Señor, resucitado de entre los muertos, nos dé su Paz

Todos: y la Vida eterna. Amén.

CANTO A LA VIRGEN

Salvo indicación del Propio, se canta el Alégrate María

(o Ave María) o –en ciertas oportunidades– el Salve.

Coro: Alégrate, María, llena de Gracia.

El Señor es contigo. Bendita tú eres

entre las mujeres, y bendito es el fruto

de tu vientre, Jesús. Alégrate, María.

SALVE

Salve, Reina, Madre de misericordia.

Vida, dulzura y esperanza nuestra, salve.

A ti clamamos, exilados hijos de Eva.

A ti suspiramos, gimiendo y llorando,

en este valle de lágrimas.

Ea, óyenos, Abogada nuestra, vuelve

tus ojos misericordiosos hacia nosotros.

Y a Jesús, bendito fruto de tu vientre,

muéstranos después de nuestro exilio.

Oh clemente, oh pía, oh dulce Virgen María.

Nota importante: Tanto en el caso del Oficio de Laudes como del Oficio de Vísperas y

los demás oficios no eucarísticos (las Horas: Completas, Nocturnos, Prima, Tercia,

Sexta y Nona), cuando el presbítero no se encuentra presente sus intervenciones son

entonadas por el celebrante (clérigo o laico) que tenga a su cargo el oficio, respetanto

en este caso las indicaciones que para tal situación establezca el texto de cada oficio.

OFICIO de VISPERAS

Sólo están encendidas las lámparas del altar,

sin ningún celebrante en él.

OBERTURA

Presbítero: + Oh Dios, ven en mi ayuda.

Todos: Señor, apresúrate a socorrerme.

Presbítero: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

Todos: como era en el principio, ahora y siempre,

y en los siglos de los siglos. Amén.

SALMO COSMICO

Se canta la Antífona, según el Propio

(que responde a la festividad del día).

SALMO 104 (Los siete días de la Creación antigua y nueva)

El Salmo Cósmico es cantado en recto-tono.

Si es posible, hombres y mujeres se alternan

en el canto de los versículos.

Bendice, alma mía, al Señor, * Señor Dios mío, eres muy grande,

/ Te revistes de majestad y resplandor.

El se cubre de luz como de un manto, / despliega los cielos como una cortina.

Construye entre las aguas sus altas moradas, * pone las nubes por carro,

/ anda sobre las alas del viento.

Hace de los vientos sus ángeles, / de las llamas de fuego sus servidores.

Fundó la tierra sobre sus bases, / y no vacilará jamás.

La cubres con el manto del abismo, / sobre las montañas están las aguas.

Huyen ante tu bramido, / ante la voz de tu trueno se precipitan.

Las montañas se elevan, los valles bajan / a este lugar que fundaste para ellos.

Pusiste una frontera que no traspasarán, / y no volverán a cubrir la tierra.

El envía las fuentes a los torrentes, / y manan entre los montes.

Abrevan a todos los animales del campo, / los asnos monteses en ellas apagan su sed.

En las alturas habitan los pájaros del cielo, / y entre las ramas lanzan su voz.

Riegas los montes desde tus altas moradas, / se sacia la tierra con el fruto de tus obras.

Haces germinar el pasto para las bestias * y las plantas

para el trabajo del hombre, / para que saque pan de la tierra,

y el vino que alegra el corazón del hombre, * el aceite

que hace relucir el rostro, / y el pan que fortalece el corazón del hombre.

Los árboles del Señor se llenan de savia, / los cedros del Líbano que El plantó.

Allí anidan los pájaros, / la cigüeña tiene su casa en los cipreses.

Las altas montañas son para las cabras, / los peñascos refugio para los conejos.

Hizo la luna para indicar las fiestas, / el sol conoce su ocaso.

Pones las tinieblas y se hace noche, / y rondan todos los animales de la selva.

Los leoncillos rugen por la presa, / y piden a Dios su alimento.

Se levanta el sol y ellos se retiran, / y se acuestan en sus guaridas.

Sale el hombre a su labor, / y a su trabajo hasta la noche.

¡Cuán innumerables tus obras, Señor! * Las hiciste todas con sabiduría,

/ la tierra está llena de tus tesoros.

He aquí el mar grande, * anchuroso en sus brazos, * con su bullicio innumerable,

/ los animales pequeños con los grandes.

Allí transitan las naves, / y el Leviatán que modelaste para jugar con él.

Todos ellos esperan en Ti, / para que les des alimento a su tiempo.

Tú les das, ellos recogen, / abres tu mano, se sacian de bien.

Escondes tu Rostro y se espantan, / les quitas su aliento, expiran y vuelven a su polvo.

Envías tu Espíritu, y son creados, / y renuevas la faz de la tierra.

Que la Gloria del Señor sea eternamente, / que el Señor se regocije en sus obras.

El mira la tierra y ella tiembla, / toca los montes y humean.

Cantaré al Señor mientras viva, / tañeré salmos a mi Dios toda mi vida.

Que mi oración le sea agradable, / yo me regocijo en el Señor.

Que los pecadores desaparezcan de la tierra, los impíos ya no serán.

/ Bendice, alma mía, al Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

SALMODIA VARIABLE

Se la llama así porque los salmos que se cantan cambian

según el día de la semana de que se trate.

Los Salmos Bíblicos (145, 146 y 147) transcriptos aquí

son los que corresponden a las Vísperas del día domingo, que cantamos

al anochecer del sábado. También el Propio puede indicar cambios.

SALMOS BIBLICOS

Un cantor del coro entona la Antífona del Primer Salmo, según el Propio.

Primer Salmo: SALMO 145 (Reino, Poder y Gloria del Señor)

Hombres y mujeres se alternan

en el canto de los versículos.

Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey, / bendeciré tu Nombre eternamente y para siempre.

Cada día te bendeciré, / y alabaré tu Nombre eternamente y para siempre.

Grande es el Señor y muy alabado, / su grandeza es inescrutable.

De generación en generación celebrarán tus obras, / anunciarán tu Potencia.

¡Espléndida Gloria de tu esplendor!, / yo contaré tus palabras maravillosas.

Diré la fuerza de tus hazañas, / y anunciaré tu grandeza.

Proclamarán la memoria de tu bondad inmensa, / cantarán tu justicia.

El Señor es compasivo y maternal, / lento en cólera y lleno de gracia.

El Señor es bueno con todos, / su amor maternal está sobre todas sus obras.

Todas tus obras Te darán gracias, Señor, / y tus amantes Te bendecirán.

Dirán la gloria de tu Reino, / hablarán de tu Potencia,

para dar a conocer a los hijos de los hombres tu Potencia,

/ la Gloria y el resplandor de tu Reino.

Tu Reino es reino en todos los siglos, / tu dominio, de generación en generación.

El Señor sostiene a todos los que caen, / endereza a todos los encorvados.

Todos los ojos esperan en Ti, / Tú les das alimento a su tiempo.

Abres tu mano, / y sacias a todo viviente según su voluntad.

Justo es el Señor en todos sus caminos, / amante en todas sus obras.

Cerca está el Señor de todos los que Lo invocan, / de todos los que Lo invocan con verdad.

Cumple la voluntad de los que vibran en El, / oye su clamor y los salva.

El Señor guarda a todos sus amantes, / deja perecer a los impíos.

Mi boca dirá la alabanza del Señor, * toda carne bendecirá su Nombre santo

/ eternamente y para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la Antífona del Primer Salmo.

Luego se canta la Antífona del Tercer Salmo, según el Propio.

Segundo Salmo: SALMO 146 (El Señor, defensor de todos los oprimidos)

Hombres y mujeres se alternan

en el canto de los versículos.

Alaba, alma mía, al Señor, * alabaré al Señor toda mi vida,

/ tañeré salmos a mi Dios mientras viva.

No confiéis en príncipes, / ni en hijos de hombre que no pueden salvar.

Se va su aliento y vuelve a la tierra: / en ese día perecen todos sus pensamientos.

Venturoso aquél a quien ayuda el Dios de Jacob, / el que espera en el Señor su Dios.

El hace justicia a los oprimidos * y da pan a los hambrientos,

/ el Señor libera a los cautivos.

El Señor ilumina a los ciegos, * el Señor endereza a los encorvados,

/ el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los extranjeros, * y es el sostén de la viuda y el huérfano;

/ El tuerce el camino de los impiós.

El Señor reina eternamente, / tu Dios, oh Sión, de generación en generación.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la Antífona del Segundo Salmo.

Luego se canta la Antífona del Tercer Salmo, según el Propio.

Tercer Salmo: SALMO 147 (El Señor reconstruye a su pueblo)

Hombres y mujeres se alternan

en el canto de los versículos.

¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios!, / ¡qué hermosa es la hermosa alabanza!

Constructor de Jerusalén, / el Señor reúne a los desterrados de Israel.

Médico de los corazones quebrantados, / El venda sus heridas.

Calculador del número de estrellas, / a todas ellas clama su nombre.

Grande es nuestro Señor, * potente en su fuerza, / su inteligencia es infinita.

El Señor sostiene a los humildes, / humilla a tierra a los impíos.

Cantad al Señor con acciones de gracias, / con la lira tañed salmos a nuestro Dios.

El cubre los cielos de nubes, * prepara la lluvia para la tierra,

/ hace germinar la hierba en los montes.

Da su alimento a los ganados, / y a los corvatos que claman hacia El.

No desea el vigor del caballo, / ni quiere la agilidad del varón.

El Señor quiere a los que vibran en El, / a los que aguardan su Gracia.

¡Jerusalén, alaba al Señor!, / ¡Sión, celebra a tu Dios!

Pues El fortalece los cerrojos de tus puertas, / bendice a tus hijos en tu seno.

Pone paz en tus fronteras, / te sacia con la flor del trigo.

Envía su Verbo a la tierra, / su Palabra corre veloz.

Da la nieve como lana, / esparce la escarcha como ceniza.

Arroja su granizo como migajas, / ¿quién puede subsistir ante su frío?

Envía su palabra y se funden, / sopla su aliento y corren las aguas.

Narra su Palabra a Jacob, / sus leyes y sus juicios a Israel.

No hace así con todas las naciones, / no conocen sus juicios.

Todos se levantan y se inclinan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la Antífona del Tercer Salmo.

SALMO ECLESIASTICO

Un cantor del coro entona la Antífona, según el Propio.

Dos cantores (preferentemente un hombre y una mujer)

recitan el Salmo, según el Propio, alternándose versículo por versículo.

Al finalizar el Salmo Eclesiástico todos retoman la Antífona.

RESPONSORIO BREVE

Versículo: Que mi clamor llegue hasta Ti, Señor.

Todos: Dame entendimiento según Tu promesa.

LECTURA

Si el presbítero está presente,

el lector se vuelve hacia él diciendo:

Versículo: Padre, bendíceme.

Presbítero: Que la Luz del Cristo os ilumine a todos.

Versículo: Amén.

Si el presbítero no está presente,

el lector se vuelve hacia el Santuario diciendo:

Versículo: Señor, bendíceme.

Todos: Que la Luz del Cristo nos ilumine a todos.

Versículo: Amén.

En ambos casos se procede luego a la lectura

que corresponda al Propio.

RESPONSORIO LARGO

Durante este canto, el celebrante se reviste con la capa,

entra en el Santuario y se ubica ante el altar.

Salvo indicación del Propio, si se trata del Oficio de Vísperas

que se celebra al anochecer del día sábado se canta lo siguiente

(para los demás días de la semana hay otros textos):

Versículo: Bendice, alma mía, al Señor, / Señor Dios mío, eres muy grande.

Todos: Bendice, alma mía, al Señor, / Señor Dios mío, eres muy grande.

Versículo: Te revistes de esplendor y resplandor.

/ El Señor se cubre de luz como de un manto.

Todos: Bendice, alma mía, al Señor, / Señor Dios mío, eres muy grande.

Versículo: Bendice, alma mía, al Señor, . . .

Todos: . . . Señor Dios mío, eres muy grande.

HIMNO

El coro canta el himno que corresponda a la fiesta, o al tiempo litúrgico,

seguido del himno Luz Gozosa del Padre, o sólo este último himno.

Un acólito, que porta un cirio encendido que hace bendecir

por el presbítero –si éste se encuentra presente—

enciende con él los cirios del Santuario.

Coro: Luz Gozosa del Padre,

eterno esplendor de su Gloria, Santo y venturoso, Cristo Jesús.

Llegados al fin del día, contemplando la luz de la tarde,

cantamos al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, Dios.

Luz Gozosa del Padre,

eterno esplendor de su Gloria, Santo y venturoso, Cristo Jesús.

Eres digno en verdad de ser cantado por voces santas,

Hijo de Dios que das la vida, el mundo Te glorifica.

Luz Gozosa del Padre,

eterno esplendor de su Gloria, Santo y venturoso, Cristo Jesús.

PLEGARIA

Normalmente la entona el presbítero,

pero también puede ser toda la asamblea.

Señor, guárdanos en esta tarde (o noche) sin pecado.

Bendito eres, + Señor, Dios de nuestros padres,

y tu Nombre es alabado y glorificado por los siglos.

Que tu Misericordia sea sobre nosotros, pues esperamos en Ti.

Bendito eres, + Señor, enséñanos por Tus mandamientos.

Bendito eres, + Maestro, instrúyenos por Tus mandamientos.

Bendito eres, + Santo, ilumínanos por Tus mandamientos.

Señor, tu Misericordia perdura para siempre, no desprecies la obra de Tus manos.

¡Para Ti la alabanza, para Ti el cántico, para Ti la Gloria!,

+ Padre, Hijo, Espíritu Santo, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos, . . .

Todos:

. . . Amén.

SALMO LUCERNARIO (Salmo 141)

La Antífona es cantada primero por un canonarca,

y repetida luego por el coro.

ANTIFONA

Que suba mi oracion como incienso en tu presencia,

* y la elevación de mis manos, / como el sacrificio vespertino.

Señor, a Ti clamo, escúchame, / oye la voz de mi llamado cuando a Ti clamo.

Que suba mi oración como incienso en Tu presencia, * y la elevación

de mis manos, / como el sacrificio vespertino.

Pon, Señor, guardia a mi boca +, / vela la puerta de mis labios.

No inclines mi corazón + a palabras de malicia, / a hacer obras perversas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos repiten la Antífona.

MAGNIFICAT (Canto de María – Lucas 1, 46-55)

El celebrante (clérigo o laico) lee el Prefacio –según el Propio–

frente a los fieles. Luego se entona la Gran Antífona, también

según el Propio, y a continuación el coro canta el Magnificat.

Durante la repetición de la Gran Antífona y el Magnificat el diácono

inciensa el altar y el templo, así como al clero y los fieles.

Hombres y mujeres se alternan

en el canto de los versículos.

Engrandece mi alma al Señor, / y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.

Porque ha puesto sus ojos en su humilde esclava, / he aquí: desde ahora

me llamarán bienaventurada todas las generaciones.

Porque el Poderoso ha hecho por mí grandes cosas, / Santo es su Nombre.

Su misericordia, de generación en generación, / sobre los que Le temen.

Despliega la fuerza de su brazo, / dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos, / y exalta a los humildes.

A los hambrientos colma de bienes, / y a los ricos despide vacíos.

Toma bajo su protección a Israel su servidor, / recordando su misericordia.

Como lo había prometido a nuestros padres,

/ en favor de Abraham y de su simiente para siempre.

Todos se levantan y se inclinan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, . . .

Todos:

. . . como era en el principio, ahora y siempre, y en los siglos de los siglos. Amén.

Todos retoman la Gran Antífona.

TRISAGIO

Desde el centro de la iglesia, y mirando al Santuario, el diácono –o el cantor–

dialoga con la asamblea, que canta la segunda estrofa de cada versículo.

El Trisagio (“Tres veces Santo”) se canta en griego,

en latín y en castellano.

Agios o Theos +, / Agios Ischiros,

Agios Athanatos, / eleison imas.

Sanctus Deus +, / Sanctus Fortis,

Sanctus Immortalis, / miserere nobis.

Santo Dios +, / Santo Fuerte,

Santo Inmortal, / ten piedad de nosotros.

LETANIAS

El diácono –o el cantor– en medio de la iglesia

y mirando al altar, canta:

Diácono: Ten piedad de nosotros, oh Dios, según Tu gran misericordia.

Te rogamos, escúchanos y ten piedad de nosotros.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por la paz que viene de lo alto, la tranquilidad de los tiempos,

por la Santa Iglesia que se extiende hasta las extremidades

de la tierra, y por la unión de todos. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por todos los patriarcas ortodoxos, nuestro obispo Germán,

todos los obispos, los presbíteros, los diáconos,

el clero y todo el pueblo cristiano. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por este templo, esta ciudad y sus habitantes, por nuestro país

y por quienes lo gobiernan, en particular por nuestro presidente ……….,

para que Dios les dé la sabiduría,

y que así vivamos en paz, justicia y libertad. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por los magistrados, monjes, vírgenes, esposos y niños, viudas y huérfanos,

y por todos los que sufren con trabajos agotadores. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por tiempos felices, la fecundidad de los campos,

la abundancia de frutos de la tierra, y por la salubridad del aire,

el suelo y el agua. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por los penitentes, los catecúmenos, ………., por los que buscan a Dios

sin poder nombrarlo todavía, y por los que no Lo buscan aún

y resisten a su Gracia. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por los confesores del bendito Nombre del Cristo, por los perseguidos,

los torturados y los que torturan, por nuestros bienhechores,

por nuestros hermanos ausentes, por los viajeros en peligro y su feliz regreso, por los enfermos, ………., y por los que están atormentados

por la tristeza, la angustia y los espíritus impuros. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por los que en la Santa Iglesia cantan, sirven y distribuyen

sus bienes en obras de misericordia. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Por nuestros padres y hermanos difuntos que reposan cerca o lejos de aquí, por nuestros fundadores, el Archimandrita Ireneo, el Obispo Juan, Maxime, Ivonne, el Patriarca Serge, el Patriarca Justiniano, y por todos los difuntos que conmemoramos para recibir su perdón. Oremos al Señor.

Todos: + Kyrie eleison.

Diácono: Que el Señor nos colme de su Gracia por las plegarias de Nuestra Señora,

la Madre de Dios y siempre Virgen María, de San Juan Bautista el Precursor,

de San Miguel Arcángel y de todos los ángeles, de San Martín de Tours

y San Ireneo de Lyon, de San Juan de San Francisco, nuestro patrono,

de los apóstoles, mártires, confesores, de ………. que hoy conmemoramos,

y de todos los Santos.

Todos: + Concédelo, Señor.

Diácono: Que el Señor nos conceda el perdón de nuestros pecados,

y una muerte cristiana y apacible.

Todos: + Concédelo, Señor.

Diácono: Que el Señor nos haga permanecer en la comunión divina de la Caridad,

y nos guarde en la santidad y pureza de la fe católica y ortodoxa.

Todos: + Concédelo, Señor.

Diácono: Digamos todos con nuestro corazón y espíritu:

Todos: + Kyrie eleison, Kyrie eleison, Kyrie eleison.

En caso que no se eleven las Letanías,

sólo se canta lo siguiente:

Diácono: Digamos todos con nuestro corazón y espíritu:

Todos: + Kyrie eleison, Kyrie eleison, Kyrie eleison.

PADRE NUESTRO

El presbítero lo canta íntegramente hasta:

Presbítero: . . . y no nos dejes entrar en la tentación, . . .

Todos: . . . más líbranos + del Maligno. Amén.

Si el presbítero no se encuentra presente, el celebrante (clérigo o laico) canta sólo: “Padre Nuestro de los cielos…”,

luego continúa su plegaria en voz baja hasta que, elevando la voz, entona:

Versículo: . . . y no nos dejes entrar en la tentación, . . .

Todos: . . . más líbranos + del Maligno. Amén.

PLEGARIA DE SAN EFREN (sólo en Tiempo de Cuaresma)

Presbítero: Señor y Dueño de mi vida, el espíritu de ocio,

de desaliento, de dominación y de palabra fácil, . . .

Todos: . . . aleja de mí.

Presbítero: El espíritu de pureza, de humildad, de paciencia y de caridad, . . .

Todos: . . . dalo a tu servidor.

Presbítero: Si, Señor y Rey, dame el don de ver mis faltas y no juzgar a mi hermano, . . .

Todos: . . . pues eres bendito en los siglos de los siglos. Amén.

COLECTA

Plegaria del presbítero según el Propio.

CLAUSURA

Presbítero: El Señor siempre con vosotros,

Todos: y con tu espíritu.

En caso que no esté presente el Presbítero:

Versículo: Señor, escucha mi oración,

Todos: y llegue a Ti mi clamor.

En ambos casos se continúa así:

Versículo: Bendigamos al Señor.

Todos: Demos gracias a Dios.

Versículo: Que las almas de los fieles difuntos,

por la misericordia de Dios, descansen en paz.

Todos: Amén.

Versículo: Que el Señor, resucitado de entre los muertos, nos dé su Paz,

Todos: y la Vida eterna. Amén.

CANTO A LA VIRGEN

Salvo indicación del Propio, se canta el Alégrate María

(o Ave María) o –en ciertas oportunidades– el Salve.

Coro: Alégrate, María, llena de Gracia.

El Señor es contigo. Bendita tú eres

entre las mujeres, y bendito es el fruto

de tu vientre, Jesús. Alégrate, María.

SALVE

Salve, Reina, Madre de misericordia.

Vida, dulzura y esperanza nuestra, salve.

A ti clamamos, exilados hijos de Eva.

A ti suspiramos, gimiendo y llorando,

en este valle de lágrimas.

Ea, óyenos, Abogada nuestra, vuelve

tus ojos misericordiosos hacia nosotros.

Y a Jesús, bendito fruto de tu vientre,

muéstranos después de nuestro exilio.

Oh clemente, oh pía, oh dulce Virgen María.